...y entonces deja de teclear y se vuelve hacia su amiga con una de sus cálidas sonrisas en la cara, no, más que cálida, una sonrisa en cierto modo maternal, no del tipo que a Ellen le dirige su madre, quizás, sino la clase de sonrisa con la que todas las madres deberían mirar a sus hijos, una sonrisa que no es tanto un saludo sino una ofrenda, una bendición".
2 comentarios:
Bellísimo :-)
(anoche fuimos a Musetta y me acordé mucho de vos)
uy tengo re ganas de ir, mi hermano se mudó a la vuelta (dondo yo vivía) y siempre paso.
nos tenemos que cruzar!
te mando un beso enorme
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