mi hija menor es una pequeña aficionada al pakour, no hay rampa, escalera o caño de luz al que se resista: todo puede ser un obstáculo divertido. yo no la espero. sigo caminando con exceso de equipaje: mochila propia, mochila ajena, vianda, bolsas varias, papeles. la escucho venir detrás. una cuadra puede llevarnos diez minutos más del promedio, y las siete que tenemos que caminar hasta el subte... la niña ya se mueve por Once como un Pez, esquiva, salta cajas, caca de perro, basura, en la estación del subte, compra tarjeta sola, la mete y saca en el molinete, se sienta en la escalera mecánica y calcula exacto cuando pararse, manguea asiento en el subte sin verguenza, me quiero ¡sentar! y casi siempre alguien se apiada.
después llegamos y es leche es compu es pantera rosa. es má maaaaá maaaaaaaaaaaaaaaaá.
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