miércoles, 11 de febrero de 2009

De excursión

rapidito, gourmet: hoy fui a almorzar acá. y la verdad es que encantó. es un tenedor libre, pero no usa las técnicas de desgaste típicas de un tenedor libre. a saber: colas eternas, mozos que se mueven en cámara lenta, empleado de la isla de postres que se cuelga tres horas revoleando un panqueque, comida tan fea que a uno ni se le cruza por la cabeza repetir. el método de estos chinos para que no te atores con 10 buñuelitos de acelga es hacerte la psicológica. carteles y mantelitos con mensajes del tipo: "aqui la comida es sagrada, sirvase lo que va a comer y no desperdicie" o "recuerde siempre que sirviéndose lo justo y necesario evitará el hambre del mundo" y después, más directo, "si deja comida en el plato deberá abonar una consumición adicional". la verdad, prefiero. el ambiente cero, pero se respira una paz oriental y la comida muy muy fresca. recomendado.

y esta noche voy a probar este otro con mi amigo Ari, que disfruta de la comida tanto (o más) que yo y está está abocado a una carrera loca por convertirse en el máximo comentador de todos los tiempos de la Guía Oleo. tiene una rival díficl (cecidePalermo, con más de 400 restaurantes comentados), pero le tengo fe.

veremos.

Update: Aire decepcionó. quizás fui con demasiadas expectativas. el ambiente se zarpa de soso, no es lindo, ni feo, ni éxotico, nada. el servicio mal, una sola moza y muy lenta (para eso me sirvo sola) y en cuanto a la comida, algunas cosas muy buenas (como la tortilla de entrada y mi atún rojo con palta y tomate) y otras no tanto (el cordero de Ari súper seco y falto de ingredientes y el postre "ravioles de chocolate con mango" especialmente malo). con tarjeta y súper cupón del 30% de descuento nos salió 83 pesos.

la opinión de Ari: propuesta de nobles intenciones, pero con mucho por pulir. bien por: la panera, la tortilla con queso azul, los lomitos de atun rojo, los precios razonables (entre 2 pagamos 83, ya incluido el dto del 30%, por una entrada, dos platos, un postre y cerveza grande). oportunidades de mejora: el cordero estaba algo seco y las prometidas mandiocas, por su ausencia, no brillaban (el plato me parecio pobre en ingredientes y preparación, no en cantidad); los ravioles de choco y mango (pastelitos, para ser mas precisos), una decepción; ambiente no del todo logrado y excesiva demora en traer la comida.

lunes, 9 de febrero de 2009

jueves, 5 de febrero de 2009

Suburbana

desde hace unos días, probando lo que es la vida fuera de las 12 mil manzanas de la ciudad. los suburbios me sientan bien, el verde, el cielo abierto, el fueguito prendido cuando llego de trabajar y, sobre todo, las niñas en libertad. correteando por el parque, manejando su independencia y sus tiempos. ignorando la tele y la computadora. sin aburrirse ni consumir.
es mentira que es todo silencio. tristán suarez tiene un ejército de perros insomnes que lloran, se ríen o charlan entre ellos por las noches, un tren que pasa cada 10 minutos por la estación, un cielo que cruzan muchos aviones y la autopista. me duermo con todo eso en las noches y embadurnada en Off (y el olor del espiral, sí que me gusta).
ayer llegué temprano, todavía había sol y había calor, me puse la bikini fucsia y me tiré de cabeza (pero resultó panza) a la pileta. nadé espalda, di vueltas carnero para atrás y para adelanté, hice la vertical 10 veces y después floté boca arriba, plancha absoluta, sin mover ni un solo músculo, hasta que casi se hizo de noche.

No es que me enorguYezca

El colmo del sedentarismo consiste en adoptar la práctica del rebotín durante los viajes en subte. Esto es: subirse a la formación (vacía) en la dirección contraria a la que uno va, ir hasta la estación de salida y regresar.
En mi caso, suelo practicarlo en las horas pico del subte B. Me subo en Florida, reboto en Leandro N. Alem y ahí sí, feliz y sentada, parto hacia mi destino final: Carlos Gardel.