Lo que recuerdo:
que disfrute minuto a a minuto todas las horas de la previa, que cuando llegué del colegio subí al techo con brea de mi casa a tomar un poco de sol, que me cambié enfrente del espejo de mi pieza escuchando esta canción e imitando a Mía Wallace, que me puse una remerita con rayas de muchos colores de Via Vai, un jean y mis botitas reebook negras, que no me puse perfume, que era nuestra segunda salida, que mi papá me preguntó ¿otra vez salís con ese chico?, que era un miércoles, que al otro día yo tenía que ir al colegio temprano.
Lo que no recuerdo:
dónde quedamos en encontrarnos, si en el 24hs de Perón o en la puerta del colegio, cómo rompimos el hielo, porqué terminamos en las escalinatas de Plaza Congreso, si me dijiste algo antes del primer beso o me lo diste de prepo.
lo de las manos, eso sí. me pedías la mano y ponías la tuya sobre la mía pero sin tocarla, a medio centimetro una de la otra. querías comprobar si había electricidad entre nosotros ¿hay energía o no? me preguntabas y yo me enojaba, porque la verdad es que tenía terror de que la descarga no te estuviera llegando de la misma forma que a mí.
después volvimos caminando por callao y nos metimos en el primer bar que encontramos, uno con tubos de luz fluorescentes y sillas con respaldo de cuerina marrón. pediste un cafe, pedí una coca, nunca te ofreciste a llevarme a mi casa; tampoco hablamos de salir otra vez ni de nada que tuviera que ver con el futuro.
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